jueves, 19 de febrero de 2009

El Final




Convencida de que nunca llegaría,
tomaba atajos de falsas ilusiones
y amores desgastados;
esquivaba recodos con señales
de caminos cortados y
de luces prohibidas;
regaba arbustos para que crecieran
con flores que me taparan el paisaje
y me sirvieran de niebla.
Se me antoja increíble no haber salido antes de mi biombo
en dirección a lo ignoto,
no haber sentido la necesidad de comprobarlo tangible,
delimitado y, a la vez, abierto,
triste y, a la vez, esperanzador.
Daba tanto miedo
que mirar hacia otro lado
fue un ejercicio habitual.

Ahora, plantado claramente delante de mi,
me sonríe,
me guiña un ojo
y me susurra:
“El final nunca es un fin”.

Y le doy la mano esperanzada como una doncella
regala su virtud a un caballero con armadura.

© Anabel

7 comentarios:

  1. Qué ganas tenía de poder venir un rato a leerte, que estoy atrasada con tu blog, con tanto trabajo. Y me encuentro esta preciosidad de escrito. Lo tuyo es arte. Nunca sabemos lo que hay al final. Quizá uno hermoso digno de cuento de hadas. Besos, guapa.
    Isabel.
    http://senderosintrincados.blogspot.com

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  2. el final a veces puede no ser un fin, pero NUNCA... jo eso no me ha gustado pero me estaba gustando mucho. perdon perdon no queria molestarte con esto.

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  3. Me gusta que escribas poesía, es una forma de liberación distinta...sobre todo como en este caso donde los sentimientos y la sensibilidad la cubren y le dan forma...una forma muy bella...un abrazo de azpeitia

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  4. Es una reflexión esperanzadora. Todo final es el inicio de algo, pero el final más final de todos... ése nos tiene en ascuas. Aunque también será el inicio de algo, puede que de una nada (que ya será algo también).
    Uff... qué filosófica estoy.
    Besos

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  5. No, doncella, es un principio... Alegre o triste, duro o fácil, sencillo o complicado, luminoso u oscuro... Cada final conlleva el principio de algo nuevo. Y sea cuál sea el resultado, sea como sea el camino, bien merece la pena seguirlo, adentrarse, arriesgarse, fisgonear curiosa, saltarse alguna señal, despejar la niebla y las dudas y dar TREMENDA PATADA EN EL CULO AL MIEDO!!!

    Sabes que me encuentro al principio de un final, que podría no ser alegre, ni fácil, ni luminoso, ni sencillo... Salté por encima de alguna señal de prohibido, nada grave, eché al miedo con todas mis fuerzas... Pero ay, que resulta que tuve que sentarme a medio camino y darme cuenta de que no era el más adecuado...mmmm... ¿Volver atrás? Ni para coger impulso.

    Se abre una nueva senda, y de momento tu sirenita valiente se siente con fuerzas para recorrerla y descubrir nuevas señales de prohibido y nieblas en las que meterse para ver qué hay detrás, jajajajajaja...

    Tengo muchas ganas de que vuelvas...

    Un beso enorme!

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  6. A veces la vida nos sorprende y años después nos encontramos con que los finales no lo fueron en realidad, por lo menos no siempre. Créeme, justo ahora vivo algo así.
    Como siempre, una delicia leer y disfrutar tu poesía.
    No pares de escribir, por favor.
    Besos

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  7. Dicen que los caminos del Señor son misteriosos. Dicen que estamos hechos a su imagen y semejanza. Con todo respeto a cualquier religión y a los ateos, basado en eso, nuestros caminos también deben ser misteriosos. Y no importa qué tantos errores hayamos comentido, con que seamos felices de ser nosotros mismos, lo demás llega solito.

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