viernes, 14 de marzo de 2014

No estoy preparada para la primavera




Otra vez las flores del cerezo
me cogerán desprevenida, ocupada
con el estrés del mundo y los versos sin hacer.
Otra vez no estaré como quisiera estar,
ligera y grácil como las gacelas en la sabana,
me seguiré sintiendo elefante inoportuno
temeroso de pisar la incipiente hierba,
inútil como un paraguas averiado
justo antes de la anunciada tormenta.
No habré cambiado el colchón de lado,
ni desinfectado los armarios con naftalina,
habré olvidado depilarme las axilas
y la prisa me hará trastabillar
con los restos del último naufragio.

Mirar al frente he de hacer,
al frente y con la mirada alta,
preparada y valiente para llevar sombrero
para afrontar sin gafas protectoras
los nuevos rayos de un sol viejo,
para tejer con más destreza que una Penélope nocturna
el traje de un nuevo espíritu
con el que he de estrenar cada día
de esta nueva primavera.


© Anabel