Otra vez las flores del cerezo
me cogerán desprevenida,
ocupada
con el estrés del mundo y los
versos sin hacer.
Otra vez no estaré como
quisiera estar,
ligera y grácil como las gacelas
en la sabana,
me seguiré sintiendo elefante
inoportuno
temeroso de pisar la incipiente
hierba,
inútil como un paraguas
averiado
justo antes de la anunciada
tormenta.
No habré cambiado el colchón de
lado,
ni desinfectado los armarios
con naftalina,
habré olvidado depilarme las
axilas
y la prisa me hará trastabillar
con los restos del último
naufragio.
Mirar al frente he de hacer,
al frente y con la mirada alta,
preparada y valiente para
llevar sombrero
para afrontar sin gafas
protectoras
los nuevos rayos de un sol
viejo,
para tejer con más destreza que
una Penélope nocturna
el traje de un nuevo espíritu
con el que he de estrenar cada
día
de esta nueva primavera.
© Anabel
Te acompaño a por unas gafas ;-)
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