Sábana que pergeña lo
imposible,
telón centinela del escenario
ideal.
Cobijo y guarida,
terciopelo aislante de las púas
de la realidad,
sosiego y guerra a partes
iguales.
Acto de contrición sin
arrepentimiento,
jurar no volver a hacer lo que
no proporcione placer
y salir absuelta por la
almohada.
La oscuridad guía hacia el
entendimiento,
hacia la epifanía de las emociones
interpretada según guion
original.
Palacio y ataúd,
responsos y poesía,
bajo un cielo negro sin vivos
ni muertos.
Irrumpe un saltamontes.
Ha debido sonar el despertador.
© Anabel
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