domingo, 20 de octubre de 2013

Menos mal que la noche sucede una vez al día



Sábana que pergeña lo imposible,
telón centinela del escenario ideal.
Cobijo y guarida,
terciopelo aislante de las púas de la realidad,
sosiego y guerra a partes iguales.
Acto de contrición sin arrepentimiento,
jurar no volver a hacer lo que no proporcione placer
y salir absuelta por la almohada.
La oscuridad guía hacia el entendimiento,
hacia la epifanía de las emociones
interpretada según guion original.
Palacio y ataúd,
responsos y poesía,
bajo un cielo negro sin vivos ni muertos.

Irrumpe un saltamontes.

Ha debido sonar el despertador.


© Anabel

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