

Fotos: Fernando Glez. Seral
Las cosas que tiene la vida. En cuanto vi los colores de las fotos de Fernando Glez. Seral lo primero que se me vino a la mente fue una lámina que dibujé en primero de BUP, hace siglos de aquello. La lámina en cuestión tenía un cielo violáceo, morado con un enorme pájaro que lo volaba transversalmente desde una esquina, con las alas extendidas, alas llenas de colores; en el otro lado de la lámina, creo recordar un sol se ponía jugando con colores cálidos, amarillos, rojizos y mostazas. Violeta y mostaza. Los mismos colores, dos cielos muy diferentes y una unión mental, casi onírica. Y cuando he leído que Fernando me dedicaba las fotografías –a mí y a Olga Bernad- me ha emocionado.
La vida y las cosas que tiene. A través de Fernando y sus fotos he conocido a Olga Bernad, ella hace fotografías del alma, que no son muy diferentes de las fotografías de Fernando. Según me contó Fernando, el viernes pasado en la presentación del libro de poemas de Olga, “Caricias Perplejas”, ella también llegó a su página buscando una foto para uno de sus textos. “Igual que tú –me dijo-, además casi elegisteis la misma foto”.
Me he tomado la libertad de juntar las fotos dedicadas de Fernando, los textos de Olga y mío con sus respectivas fotos, en una entrada en mi blog -¿quién podría resistirse a hacerlo?-. Faltaría mi lámina de primero de BUP, pero esa ya sólo existe en mí y de forma borrosa. (Me llevé un disgusto cuando, en la exposición de las mejores láminas del curso, colgaron la mía del revés; aquello fue decisivo para que me convenciera de que debía abandonar la pintura.)
Estos son algunos de los vericuetos de la vida: aquellos que te conducen a parajes especiales, plagados de brisas y caricias perplejas.
Gracias Fernando. Gracias Olga.
©Anabel