lunes, 27 de enero de 2014

Malas costumbres




Es irrecuperable el tiempo pasado,
bien lo saben mis manos
y los anillos de mi corazón.
He cerrado la última puerta,
consciente soy de que no hay marcha atrás.
No hay satisfacción, ni alivio,
ni orgullo, ni premio.
Me espera la soledad,
para ser rellenada de sudores de tinta,
de inalcanzables ideales
y de reproches a última hora,
quejidos arrepentidos de lo que pudo ser y no fue.
No existe el mañana donde averiguar
si la elección fue la correcta:
la bola de cristal ha decidido
mostrarse tan sombría
como la duda en la noche.
Sólo queda el consuelo de haber vencido
a la inercia de la rutina,
inexorable indicadora de que la vida
no ha de ser un compendio de hábitos,
ni un aguante de malas costumbres.


© Anabel


1 comentario:

  1. Libre y valiente, como siempre.
    Con las palabras puestas como las piedras desnudas del románico.

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