Insiste en que la yema del índice no quede pegajosa y la chupa de nuevo. Está buena la nata. Se ha cortado demasiado trozo del roscón de Reyes, no se lo va a acabar. Más le vale, le espera su particular duelo con la báscula, reto al que no se piensa enfrentar hasta dentro de una semana. Eso es jugar haciendo trampas, pero es que la báscula es un enemigo temible. La fruta también está muy rica, sobre todo las cerezas. Queda su dulzor casi empalagoso en la boca durante un buen rato. Al final, la saliva lo arrastra todo, incluso el sabor de los besos. O tal vez no. Sonríe. No se puede quejar de cómo ha empezado el año. No ha habido grandes alharacas ni celebraciones de Fin de Año ni regalos impresionantes. Pero ha habido concordia familiar y felicidad en el embeleso de una nueva vida; ha habido amistad y risas a compartir; ha habido calor humano que se entrega sin exigencias; ha habido paz y la tranquilidad de saber que se han pasado estas fiestas sólo con la gente a la que verdaderamente se quiere.
Beatriz piensa que estas Navidades no han sido tan malas.
© Anabel
Son curiosas las fiestas. Ese empeño por estar alegres, por perdonar...
ResponderEliminarsiempre es bueno leerte cuentista :)
Un abrazo inmenso
No, no han sido tan malas... jaja
ResponderEliminarNosvemoswapa!!!
Bravo por la chica del 75!!! besos.
ResponderEliminarMe gusta, me gusta mucho como escribes. Porque, entre otras cosas, me gusta notar los sabores de tus letras, el olor de esa cereza que también está rica, la saliva que todo se lo lleva, excepto algunas excepciones.
ResponderEliminarMe gusta, me gusta mucho como escribes porque tu literaturiedad forma parte de mi día a día.
Gracias por esta porción de roscón y por hacer mi navidá un poco más Navidad.
Un abrazo
Mario