miércoles, 23 de marzo de 2011

50




Me quedo con los abriles casi marchitos

y el tacto incisivo de la experiencia concentrada

en pétalos granates, silencios azules y

el perfume limpio de la madera vieja.

Canas con reminiscencias setenteras

que echan de menos greñas protestantes,

colchones usados y sudores traslúcidos,

humos densos y licores baratos,

desde el cómodo sillón que proporciona el gin-tonic

y la distancia de saber que se fue joven antes que los hijos.

Apoyado en el respaldo de haber fracasado,

abrigado bajo la escasa manta del buen sabor de boca

de las pocas cosas que valen la pena en esta vida.

Soñar con los mismos sueños de juventud

sin anhelar realizarlos, pero sin rechazar disfrutarlos,

que la esperanza no se pierde nunca

aunque ya no se crea en ella.


50 primaveras

no son 18,

ni falta que hace.


© Anabel

8 comentarios:

  1. Cuando leo cosas como ésta, ya lo he dicho en alguna ocasión, me gusta. Simplemente me gusta. La disfruto y no me paro a analizar porqué. La disfruto y punto.
    Gracias por el regalo.

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  2. Felicidades a quien haga esas 50 primaveras de alguien que ya las pasó hace cuatro años.

    Un abrazo.

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  3. Me parece que ya he descubierto al destinatario, pero que se diga, por si acaso. El poema es maravilloso, Anabel. Apoyado en el respaldo de haber fracasado: ¡Qué bueno!
    Si es quien pienso, casualmente recibirá algo en estos días.

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  4. Anabel
    ¡Te superás constantemente! Me agradó leer este poema tuyo e imaginar perfectamente la escena y sentimientos.

    Un beso y gran abrazo,
    Marcela

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  5. A cuentagotas...

    una gota
    de miel o de hiel,
    una gota de tu veneno
    y venga luego,
    cuando quiera,
    la muerte.

    Mariano Ibeas
    Un abrazo

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  6. Beso tu tiempo en el tiempo de tu piel.

    mi beso de feliz cumples.

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  7. me encanto, si.
    un beso desde una lejana y otoñal patagonia.

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  8. Ni falta que hace.. pero quién las pillara!
    Besos, que me ha gustado un montón

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