Carambolas del destino. La vida que este año no para de sorprenderme. Me la tomo como si me hubiera montado en un tiovivo que gira muy deprisa. En algunos viajes, me bajo con un peso en los pies tan grande como si llevara yunques en vez de zapatos, y en otros, me da la sensación de que se me va el alma a volar libre. Pero, en cualquier caso, estoy disfrutando porque todo es nuevo y me siento como una niña con zapatos nuevos, aunque, a veces, sean de hierro.
Historias de Sujetadores empezó su andadura en marzo. Ahora le toca abrirse camino y se va a ir de viaje unos días. Se abre una nueva etapa que será como una flor de invernadero: delicada y fugaz, pero bella. Experiencia que aprovecharé mientras dure y la compartiré con todos vosotros.
Os espero.
Gracias por estar allí.
Lérida nos pilla lejos. Y es una pena. Ojalá que todo vaya de maravilla. ¿Lo contarás?
ResponderEliminarFelicidades!!!!
ResponderEliminarEsto es el principio de una larga singladura. Disfrútalo y cuéntanos.
Un abraz enorme
Me gustaría venir. Mientras tanto una amiga me prestó tu libro y he disfrutado con tus historias y tus cuentos. Un abrazo!!!
ResponderEliminarQue buen titulo.. (me hubiera gustado aportar una historia de sujetador)... Felicitaciones..
ResponderEliminarIra todo bien sujetado, ya veras
mi beso
el magnetista
Anabel, te deseo suerte y espero nos cuentes algo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mucha suerte, Anabel. Esos sujetadores los tengo yo! Y sus historias tienen todavía mucho que rodar... Disfruta.
ResponderEliminarUn beso.