lunes, 12 de julio de 2010

Julio




La vida le olía diferente y no era porque España hubiera ganado el Mundial. Ni siquiera porque hubiera cambiado de suavizante y las sábanas tuvieran otro aroma. Incluso el sudor que se escurría entre sus pechos empujado por la leve, levísima brisa del ventilador exhalaba un perfume que parecía no ser suyo. Beatriz cerró los ojos intentando bucear debajo de esa piel que ahora se mostraba extranjera y que jamás había sentido tan suave. Respiró hondo para iniciar la inmersión, cerró los ojos para no perderse detalle. Había tanto por descubrir, tanta vida sin catalogar, tantos sentimientos escurridizos que se mostraban únicamente ante una mirada nueva. Un mundo complejo, en plena ebullición e inexplorado. Lo sentía reverdecer desde las uñas de los pies hasta la raíces del cabello, cada poro, cada célula, cada átomo se había transmutado en un receptor ultrasensible. Viajó a la otra mitad de la cama y la conquistó marcándola con su sudor, haciéndola suya como una perra que sabe cuál es su territorio. Un territorio por el que luchará hasta la extenuación. Extendió su cuerpo todo lo que pudo sobre el colchón, abarcando el mayor espacio posible. Había goce en ese acto de reconquista, del apoderarse de lo que tuvo tan cerca y nunca le perteneció.

Y le regaló a la luz de la Luna que entraba por la ventana el inmenso placer de su pubis abierto.


© Anabel

6 comentarios:

  1. Muchos cambios para Beatriz: nuevo suavizante, España campeona del Mundial y la luna para abrazarla. Muchos cambios.

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  2. Anabel,
    Tremenda sensualidad y gritos de libertad en otro capítulo de Beatríz.
    Un grandísimo placer leerte siempre.

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  3. "Y le regaló a la luz de la Luna que entraba por la ventana el inmenso placer de su pubis abierto", cuando lei esto el corazon me dio dos latidos mas al mismo tiempo... precioso y sensual

    beso
    druida

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  4. ...muy sensual.
    Leerte siempre es un placer.
    Un beso.

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  5. mmmmmmmmmmmmm... Precioso, aunque hoy me pillas sin muchas palabras Cuentista... Pero eso de regalarle a la luna el inmenso placer de su pubis abierto... Eso de recuperar tierra indómita y cercana, eso de transmutar la soledad en poderío y hallazgo, en tesoro e independencia, en determinación y libertad... Eso no tiene precio, a veces, que otras...

    Lo sentí en alguna ocasión y es realmente un estallido de "una misma", irrepetible y magnífico... Mil besos mi ángel.

    Tu sirenita en raspas :))

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