lunes, 14 de marzo de 2016

Insignificancias




I
Es mi vida tan miserable
como la de una mosca,
la duración es lo único
que las diferencia.

Y, al menos,
ella vuela.


II
No se puede perder aquello por lo que no se ha luchado,
tal vez por eso no retuve el espíritu de los ochenta.
Es el siglo XXI quien me despierta cruel
de mi letargia inútil,
quien me pincha con sus agudos vértices,
quien me echa en cara las equis de las etiquetas,
quien me recuerda lo que insisto en olvidar.
Busco la ceguera mirando al Sol,
magnánimo me regala la nimiedad de mi ser,
lo inservible de mis devaneos existenciales.
Las gafas de sol cubren mi húmeda sonrisa:
me alivia el saber que no importa mi dolor,
la insignificancia me protege
y la culpa desaparece. 

© Anabel

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