El reflejo de los cristales del monstruo que han construido delante me devuelve la imagen de una casa de la que, alguna vez, conocí su interior. Parecen las mismas paredes, los mismos muebles y el mismo polvo. Intento recobrar un pasado mejor olfateando algún rastro que pudiste olvidar en el rincón más insospechado. No sé si soy perra vieja o es que nunca estuviste aquí. Ya no puedo ni creerme la foto de la mesilla donde abrazados disfrutábamos de aquella magnífica vista.
No hay paisaje. No hay olor. No estás tú. Todo es mentira.
© Anabel
El entorno cambia a la par que nuestra historia, nuestro interior y miremos donde miremos, los cambios están presentes.
ResponderEliminarA veces, olvidados en un rincón, los recuerdos de un pasado mejor nos acechan
Me gustó este mini, un abrazo
Los recuerdos se mezclan con nuestra imaginación, y a veces los transformamos. y los convertimos en eso que tú dices, en algo que nunca existió...la profundidad mece tus pensamientos y tu forma de sentir...tenía ganas de volverte a leer, para formar parte de tu realidad literaria, ser parte de tu mundo...un beso desde Zuhaitz-Ondoan de azpeitia
ResponderEliminarPude ingresar bien ahora!
ResponderEliminarQué alivio, Cuentista.
Los recuerdos a veces toman color sepia y pierden su colorido, su aroma...y se secan. Tal vez nunca estuvo, o si estuvo ya de diluyó.
Magnífico como siempre!
Muchas gracias